¿Quién no ha soñado alguna vez con vivir en una de esas magníficas casas que salen en las películas? Alejarse del mundanal ruido en la vampírica mansión Cullen de “Crepúsculo” o disfrutar de un verano, eso sí, sin fantasmas, en la impresionante vivienda de “Lo que la verdad esconde”. Muchos de estos lugares en los que se han rodado algunas de nuestras cintas favoritas no son sólo decorados, si no que existen en la vida real. Te lo contamos.
Trilogía vampírica minimalista
Alejada de cualquier tópico relacionado con los vampiros, la casa de la saga “Crepúsculo” no está escondida, ni bajo tierra. La ya famosísima mansión Cullen, llena de luz, está en Vancouver, Canadá, y dispone de 400 m² entre piscina, estanque y un enorme terreno con su propio arroyo. La casa fue diseñada por el estudio Skylab Archictecture y se ajustaba a la perfección a la descripción de la vivienda del protagonista que Stephenie Meyer hace en su trilogía adolescente.
Esta enorme mansión se caracteriza por estar decorada con un estilo minimalista y por sus enormes ventanales, a través de los que entra una gran cantidad de luz que, lejos de matar a los inquilinos vampíricos, ilumina las estancias, dándoles si cabe, aún más amplitud. La vivienda, de hecho, no tiene cortinas, a excepción de la terraza, en la que cuenta con una veneciana exterior de madera que, más que un elemento para filtrar la luz sirve como parte de la impresionante decoración de las estancias. Y es que las enormes ventanas son las protagonistas de la residencia, permitiendo disfrutar de las maravillosas vistas de la salvaje naturaleza que la rodea.
Una tarima de color miel recorre todo el suelo de la casa, en armonía con la tranquilidad que se cuela desde el bosque en el que está ubicada. En los muebles, predomina el blanco, continuando con el estilo minimalista, que invade las estancias.
Para conseguir una decoración similar, debemos aplicar la máxima “menos es más”. Siguiendo este consejo nos centraremos en conseguir espacios diáfanos, relajantes y con líneas rectas. Los tonos a utilizar, como en la vivienda de la saga, son el blanco y el negro mezclados con elementos de metal y acero.
En cuanto a elementos textiles: cortinas, cojines y tapizados han de obedecer a la sobriedad del resto de la casa. Los tonos lisos son los protagonistas y quedan prohibidos los estampados. Este estilo busca dejar atrás lo superficial y centrarnos en lo importante, desterrando las florituras.
Romántica estancia con fantasma
¿Recordáis la maravillosa casa en la que Harrison Ford hizo pasar momentos terribles a Michelle Pfeiffer en el film “Lo que la verdad esconde”? La espléndida residencia en la que el aparentemente feliz matrimonio vivía, poseía un enorme jardín que contaba, incluso, con un embarcadero junto a un espectacular lago.
El director de la película, Robert Zemeckis, buscaba algo tan particular, que decidió construir la casa para filmar la película con la intención de venderla después del estreno. Finalmente tuvieron que tirarla ya que no cumplía con las ordenanzas municipales.
En contraposición con el siniestro guión, toda la decoración de la casa está ambientada con aires románticos. El baño, una de las habitaciones en la que más escenas se rodaron en la película, se caracteriza por su clasicismo, un estilo que no entiende de modas, siempre es tendencia y combina a la perfección con otras expresiones decorativas. Si buscamos un estilo como este, los colores que debemos utilizar son pasteles y tonos rosas, lilas, amarillos, verdes, azules claros, blancos y grises.
En cuanto a materiales, la porcelana es la reina. Se puede combinar con maderas de colores claros y, para las toallas y demás elementos textiles, imprescindible utilizar algodón y lino. La iluminación también es importante: tener la posibilidad de regularla nos dará la oportunidad de crear el ambiente que necesitemos en el momento adecuado. Tenue para relajarnos antes de dormir o fuerte, después de un buen café.